"Igual me voy a Holanda", dijo T., que lleva años
sin viajar y sin ganas de hacerlo. Tenía encima de la mesa el periódico
abierto por la página que informaba sobre la propuesta del Gobierno
holandés de extender la eutanasia a aquellas personas mayores que estén "cansadas de vivir". No hizo falta que explicara más. Sus hijos tampoco preguntaron más. A sus 67 años, viuda, con problemas de movilidad que limitan su día a día y con los dolores como sus compañeros más habituales, hace demasiado tiempo que la vida se le atraganta,
que las semanas le pesan demasiado, que a medida que avanzan las horas
su cuesta arriba se hace más empinada. Ella y sus dos hijos saben que no
se va a ir a Holanda. Pero también saben que era un sueño en voz alta.
Un deseo de que la angustia acabe de golpe.
El pasado 13 de octubre la ministra de salud holandesa, Edith Schippers,
y Ard van der Steur, del Partido Popular por la Libertad y la
Democracia, enviaron una carta al Parlamento con la idea de que aquellos
"adultos mayores" -sin especificar edad- que consideren que su vida ya no tiene más recorrido, "deberían poder ponerle fin de una forma digna, de acuerdo a unos criterios estrictos y cautos". Por eso proponen extender los requisitos para acceder a la eutanasia, que es legal en ese país desde 2002. Los ministros hacen referencia explícita a "aquellas personas que se levantan cada día con la desagradable evidencia de que no han muerto durante la noche
y que sólo esperan que el nuevo día sea el último". No ligan esa
sensación a ninguna enfermedad. Simplemente, al cansancio extremo de
seguir adelante.
El problema es que "el cansancio de vivir es un término inespecífico. Suele esconder un ánimo depresivo
y es muy común escuchar en consulta esta expresión. Si en ese momento
todos se dejaran llevar, no quedaría nadie. Es muy difícil el debate que se ha abierto en Holanda", declara a EL MUNDO José Antonio López Trigo,
médico y presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología
(SEGG). Para acotar y como definición para el cansancio vital, el
psicólogo clínico Juan Cruz propone la siguiente: "Es
la falta de energía para mantener la fortaleza física y mental, que no
aparece tras una vivencia concreta, que se mantiene en el tiempo y que hace que se viva a diario con agotamiento generalizado y sin encontrarle sentido a la existencia". Porque, como reconoce este experto, "qué difícil es la vida a veces".
Cruz también piensa que "lo que propone el Gobierno holandés es un
tema tremendamente delicado. Muy político. Creo que lo que tenemos que
plantearnos y debatir realmente es qué está ocurriendo en nuestra sociedad para que haya tantos mayores, que los hay, con ganas de quitarse del medio. Eso es lo que debemos reflexionar, pensar en cómo estamos viviendo nuestras vidas antes de pensar en cómo acabarla".
'El derecho a decidir va más allá de la eutanasia'
La iniciativa de los dos ministros holandeses -que no han seguido
los criterios de la Comisión que se encarga de estudiar la conveniencia o
no de extender la ley, ya que ésta abogaba por dejar la legislación
actual como está y que evolucione y siga su curso antes de ampliarla- ha
generado bastante polémica a pesar de que, de salir adelante, será como
mínimo dentro de un año. La crítica más feroz llegó de parte del
partido socialista. Su líder, Emile Roemer, manifestó que "la gente mayor lo que merece es recibir buenos cuidados. Pero el Gobierno está haciendo lo contrario para ahorrar dinero".
Unas declaraciones que, a su vez, fueron muy criticadas por otros
partidos, para los que "se ha pasado de la raya" con esa interpretación.
Por su parte, la Asociación Holandesa para el Derecho a Morir (NVVE),
sin entrar en la pelea política, considera que "estar cansado de vivir,
por los motivos que sean, es algo que debería tenerse en cuenta. Mejor ayudarles que dejar que se arrojen a las vías del tren". Fernando Marín,
presidente de la Asociación Derecho a Morir Dignamente de Madrid, se
posiciona en la línea de sus homólogos de los Países Bajos. "Entendemos
que la disponibilidad de la propia vida es un derecho más allá de la
enfermedad de las personas. Evidentemente hay un debate ahí que abordar.
Si uno no está enfermo, tiene plenas facultades y quiere morir, ¿por qué debe hacerlo de forma clandestina o en soledad? Es mejor que se le ofrezca esa posibilidad con garantías", afirma.
Marín, que es médico y pide que se legalice la eutanasia en España, insiste en que lo que se ofrece con ella es una opción y un derecho. Según él, la propuesta holandesa es "para personas que, de una forma razonada y responsable piden ayuda para
irse. Evidentemente el sistema sanitario es el que debe valorar el
caso, para ver si la petición se ajusta a lo que entendemos como
razonable". Pero quiere dejar claro que "sólo da la opción a que las
personas dispongan de su propia vida. Es una cosa que va más allá de la
eutanasia. Es una opción a irse de este mundo con garantías, pero nunca una obligación".
La cuestión es tan relevante como polémica. Para López Trigo "es un tema sobre el que no se puede banalizar. El cansancio vital es igual de importante que un infarto de miocardio o un cáncer.
La gente que está cansada de vivir sufre mucho y está anunciando un
suicidio, que ha crecido entre las personas mayores". Los datos del INE
corroboran esa afirmación. Reflejan que de 2007 a 2014, el porcentaje de
suicidios en el grupo de edad de 60 a 69 años aumentó un 21,9%; en el
de 80-89 años un 8,3% y en el de los de más de 90 años, un 41,5%.
El dolor físico del alma
¿Cómo se puede distinguir el cansancio vital de otros problemas, como la depresión? El geriatra considera que "ahí está el mérito y el trabajo. Encontrar el porqué de este hastío
y hacer lo posible para que la persona que lo sufre se agarre a algo
para salir a flote. Hace falta tiempo. Hay personas que han perdido a su
pareja después de muchos años de convivencia y su duelo se convierte en
patológico. Cuesta mucho salir de ahí, de esa sensación de soledad, de
ese deseo de que todo acabe. Pero de eso a facilitar la muerte hay un
salto. Creo que debemos ponernos las pilas y reflexionar sobre cómo estamos tratando a nuestros mayores", admite este especialista, que remite al término anhedonia, que es la incapacidad para encontrar el placer en algo.
Para el psicólogo Juan Cruz, "estar cansado de vivir genera aún
más cansancio. Por eso hay que escapar de ese bucle, porque si no la
falta de ganas te arrastra. Y salir a flote depende de los recursos sociales y, sobre todo, de los apoyos afectivos, de que los seres queridos les ayuden a ver una brizna de sol cuando el cielo está encapotado".
Cruz apuesta por el "envejecimiento activo",
porque "los mayores acumulan muchas pérdidas. Acumulan tantas que, a
nivel físico y neurológico agotan. Demasiados duelos, demasiadas
situaciones, para los que son necesarios programas que ofrezcan
alicientes que alivien la soledad que sienten".
Este cansancio no es algo intangible, sino que da síntomas, "todos
los que se puedan imaginar", explica López Trigo, porque "a quien lo
siente le duele todo. El dolor del alma, que es lo que tienen, lleva al
dolor del cuerpo con mucha facilidad. Les falta el aire y dicen esos
'ay' tan sentidos porque de verdad se ahogan, la vida les asfixia".
"Nos hemos llenado de obligaciones y nos hemos quitado el tiempo para lo importante, para lo esencial, que es cuidar los unos de los otros, como hacen en otras sociedades que consideramos menos avanzadas que la nuestra. Ahí está el debate", coinciden los expertos.Isabel F. lantigua
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