¡Oh, permíteme que te vea en todo lugar!
Cuando me siento inflamado por la belleza mortal,
mi ardor por tu belleza se extingue
y me apasiono por ella
como antes lo estuve por la tuya.
Oh mi verdadero Señor,
a Ti sólo pido ayuda en mi ceguera,
tormento inútil, pues sólo Tú puedes renovar
interior y exteriormente mis sentidos,
voluntad y poder, que son impotentes y débiles.
Cuando me siento inflamado por la belleza mortal,
mi ardor por tu belleza se extingue
y me apasiono por ella
como antes lo estuve por la tuya.
Oh mi verdadero Señor,
a Ti sólo pido ayuda en mi ceguera,
tormento inútil, pues sólo Tú puedes renovar
interior y exteriormente mis sentidos,
voluntad y poder, que son impotentes y débiles.
Miguel Angel
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