Soy joven, Señor,
y quiero vivir con fuerza y alegría;
soy joven y quiero estrujar mi vida
y llegar hasta el fondo;
soy joven y, la verdad, Señor,
no sé lo que es vivir a veces;
soy joven y busco caminos,
aunque no he encontrado el sendero cierto.
Tú amas la vida, señor Jesús,
y quieres al joven en pie, firme;
amas la vida y has roto
las ataduras de la muerte, resucitando;
tienes Palabras de vida eterna
para el corazón del hombre,
y le has dado el pan de vida
para que camine con valor.
Señor de la vida:
quiero vivir desde el centro de mi ser.
Señor de la vida:
quiero ser feliz y mantener mi dignidad.
Pastoral Marista