Inagurado el 13 de diciembre de 1545 por Pablo III, con el objetivo de dar una respueta a la Reforma protestante, en la Iglesia de Santa MªMaggiore. Duró, con intervalos, hasta 1563, con varias suspensiones por guerra y epidemias.
La primera convocatoia fue en la bula papal del 22 de mayo de 1542, que no surgió efecto pués sólo Carlos V lo defiende como necesario al buscar la unidad religiosa de su basto imperio.
Tras la Paz de Crépy (1544) se dan las condiciones para realizar en Trento (frontera italo-imperio) para la venida de los protestantes al concilio, aunque al final los luteranos no aparecen.
Hubieron agrias discusiones, tiorones de barba (Felice a Zannentini), insultos, pisoteados (Vosmediano)... pero se llegan conclusiones.
Se definen los dogmas de la Fe por via de las sagradas escrituras, la Eucaristia con el cuerpo y sangre de Crito presentes, se fortaleció al Papa, el celibato, la devoción de la Virgen Maria y los Santos. Aunque lo más importante fue la Contrarreforma como doctrina que implicó un catecismo, la revisión de la Vulgata, etc..
Sin duda, fue un hecho importante en la historia del Viejo Continente que tuvo implicaciones durante mucho tiempo.
Nacho Padró