Con nosotros,
a nuestro lado,
en cada pliegue de nuestra historia,
en gritos y silencios,
en soledades y encuentros,
en avances y regresos
cuando te buscamos,
y aun si te perdemos
Tú nunca te alejas.
Elegiste ser un Dios cercano
y eres tenaz en el empeño
No impones tu presencia,
pero estás.
Te presentas, discreto,
en una mano tendida,
en el gesto de aprecio,
en la palabra oportuna,
en los ojos compasivos,
en la llamada incisiva,
en destellos de evangelio
en la entraña conmovida
por el dolor inocente,
en el bien que perseguimos,
en el calor que ofrecemos.
en la alegría que brota
al asomarse al misterio,
Dios con nosotros, Dios nuestro
José María Rodríguez Olaizola SJ
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