miércoles, 11 de septiembre de 2024

descubren un sello de hace 2.700 años con un "genio" alado en jerusalén

el pueblo asirio es uno de los más señalados de la antigua  Mesopotamia: si bien sus orígenes se remontan a hace más de 5.000 años, este alcanzó su apogeo aproximadamente a la mitad del primer milenio a.C., cuando comenzó a extenderse exitosamente por todo Oriente Medio. Es por ello que, en los actuales países que conforman esta región, en ocasiones se encuentran huellas de dicha civilización, ampliamente descrita como feroz y violenta, aunque también desarrollada en cuestiones de alfabetización, arquitectura y artes.

Así, se trataría de una pieza clave para comprender la influencia cultural y artística del Imperio asirio en las tierras de Judea durante esta época. Además, tras el análisis del sello, los expertos han indicado que este podría revelar numerosos detalles sobre "las capacidades de lectura y escritura que existían en este período", señala el Dr. Yuval Baruch, director de la excavación y subdirector de Arqueología en la Autoridad de Antigüedades de Israel. 

EL SELLO DE PIEDRA NEGRA, AL DETALLE

Los arqueólogos descubrieron el sello cerca de la muralla sur del Monte del Templo, en el Jardín Arqueológico Davidson, en el marco de unas excavaciones llevadas a cabo por la Autoridad de Antigüedades de Israel y la organización de la Ciudad de David. Allí, la describieron como "uno de los más hermosos jamás descubiertos en excavaciones en la Antigua Jerusalén".

Se trata de una pieza tallada en piedra negra, con un corte convexo a ambos lados y un orificio en su parte superior, lo que indicaría, según los expertos, que podría haber sido utilizado junto a una cadena para colgarse del cuello. Luego, en cuanto a su decoración, el centro del sello muestra una figura de perfil con alas, vestido con una camisa a rayas, con el pelo largo y rizado, con una corona o sombrero y con la mano levantada. 

 

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Las figuras de demonios alados son conocidas en el arte neoasirio de los siglos VII-IX a.C., y se consideraban una especie de demonios protectores.

Emil Eljam / Israel Antiquities Authority

En cuanto al significado de este personaje, las evidencias registradas anteriormente que datan de esta época revelan que se trata de una figura común en el arte Neoasirio de los siglos IX-VII.

Eso no significa, sin embargo, que sea habitual encontrar este tipo de decoraciones en el contexto de la arqueología israelí: "se trata de un descubrimiento sumamente raro e inusual. Esta es la primera vez que se halla un genio alado, una figura mágica protectora, que ha sido encontrada en la arqueología israelí y regional", señala el Dr. Filip Vukosavovic, arqueólogo y asiriólogo de la Autoridad de Antigüedades de Israel. 

¿UN AMULETO QUE PASÓ DE PADRE A HIJO?

En cuanto a la fabricación del sello, “parece que el objeto fue elaborado por un artesano local, un judaíta que produjo el amuleto a pedido del dueño. El mismo fue preparado a un nivel artístico muy elevado”, afirma el Dr. Vukosavovic. Pero un elemento presente en la pieza difiere, por su calidad, del dibujo.

A ambos lados del personaje representado, hay una inscripción en escritura paleohebrea: "LeYehoezer ben Hoshayahu", que significa "A Yehoezer ben Hoshayahu" y que, según los expertos, fue realizada de manera descuidada. La hipótesis de los investigadores es, pues, que el amuleto pertenecía a un hombre llamado Hoshayahu, quien ostentaba "un puesto jerárquico" en la administración del Reino de Judea. 

Al morir, su hijo Yehoezer habría heredado el sello y colocado su nombre junto al de su padre a cada lado del genio-demonio, tal vez con el fin de apropiarse de las propiedades mágicas del talismán. "La inscripción de los nombres en el sello fue realizada de manera descuidada. No resulta imposible que tal vez fuera el mismo Yehoezer el que grabó los nombres en el objeto”, dicen los arqueólogos.

Con esto, el descubrimiento demuestra que, al contrario de lo que se pueda pensar, la lectura y la escritura no eran capacidades exclusivas de la élite de la época, sino que también estaban presentes, aunque en niveles básicos, entre la gente corriente, seguramente por las necesidades del comercio.

Y por último, los investigadores destacan que el sello podría ser indicador de un sentimiento, por parte de su dueño, de pertenencia "a un contexto cultural más amplio", y es que en él se fusionan elementos tanto del arte asirio, que en aquel momento dominaba Judea, como de su identidad local.

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