miércoles, 23 de julio de 2025

Un gran cementerio del siglo XVIII sale a la luz en la Mezquita-Catedral de Córdoba

 La Mezquita-Catedral de Córdoba nos sigue sorprendiendo. A lo largo de siglos ha sido objeto de importantes transformaciones sin perder su identidad arquitectónica y siempre ha mantenido un uso religioso, primero como mezquita y después como catedral. Está incluida en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO y sigue acaparando el interés de la propia ciudad, de miles de viajeros y de nuevas investigaciones que tratan de desvelar sus misterios. 

En un reciente artículo científico que hemos publicado en la revista EGA se han identificado más de mil sepulturas en un plano anónimo de 1741 conservado en el Archivo de la Catedral de Córdoba. Se ha constatado que un gran cementerio ocupaba entonces sus capillas y naves.

Un preciso plano de 1741

En un artículo previo escrito junto a Juan Francisco Reinoso, de la Universidad de Granada, habíamos digitalizado este singular documento gráfico, que mide 103 x 165 cm. y en el que se usó la técnica del óleo. También habíamos analizado otros sorprendentes dibujos de Girault de Prangey hacia 1839 que destacan entre el rico legado de imágenes históricas de la Mezquita-Catedral
















Plano anónimo de la Mezquita-Catedral, 1741. Archivo de la Catedral de CórdobaCC BY-NC

Por su gran precisión dimensional e interés documental, el de 1741 ha sido considerado el primer plano científico de este monumento. Es uno de los dibujos arquitectónicos más importantes del siglo XVIII en Europa. 

Entre sus abundantes y valiosos pormenores destaca un gran rótulo con la palabra “SEPULTURAS”, que subraya su objetivo central. Tras una cuidadosa trascripción gráfica con técnicas digitales, hemos identificado 1 085 sepulturas y 52 criptas, difíciles de percibir a simple vista o en las reproducciones publicadas hasta ahora. La superficie total ocupada por enterramientos sería de unos 2 000 m² de los 13 680 m² útiles del monumento, incluidas las galerías del patio. Las sepulturas ocupaban más de la mitad de la superficie de algunas naves.












Detalle de sepulturas en plano de 1741 de la Mezquita-Catedral de Córdoba. Anónimo [Archivo Catedral de Córdoba]CC BY-NC

Enterramientos variados

Diversos estudios habían analizado los enterramientos en la Mezquita-Catedral hasta el siglo XVI, pero no los del XVIII. Para constatar la veracidad del plano, se han revisado los Libros de Cuentas de Fábrica en el propio Archivo de la Catedral y el Libro de Defunciones de la parroquia del Sagrario. También se han consultado muchos testamentos del Archivo Histórico Provincial de Córdoba.

La Mezquita-Catedral fue un lugar de enterramiento elegido por la nobleza y el clero desde la Edad Media, como símbolo de prestigio social. Esto se convertiría en un importante fundamento de la economía eclesiástica. Debe recordarse que en la Capilla Real fueron enterrados los reyes Fernando IV y Alfonso XI. A partir del siglo XVI, tras concluirse la construcción de la Parroquia del Sagrario en el recinto, se comenzó a enterrar allí personas ligadas a ella, además de personajes ilustres como el escritor Luis de Góngora, entre otros muchos.

Se ha comprobado que en los 20 años previos al plano, entre 1722 y 1741, hubo 1 966 enterramientos en el interior del templo y 623 en el patio, que suman 2 589. Su procedencia era diversa: el clero, la nobleza, la Parroquia del Sagrario y el Hospital de San Sebastián. Todo ello hace verosímil la información dibujada en el documento.


Además, se han obtenido datos sobre distintos tipos de enterramientos, su denominación (“llano”, “una capa”, “dos capas”, “solemne”, “madrugada”…) y su correspondiente coste según la ubicación. Por ejemplo, junto a una pila de agua bendita la limosna era de 50 reales (5 agosto 1710), delante del altar de Nuestra Señora del Sol costaba 240 reales (15 marzo 1710), y en la nave de Villaviciosa (28 febrero 1711) 750 reales. Los lugares más cotizados estaban cerca del crucero, de la Capilla Real y de Villaviciosa. 

Las sepulturas de la Parroquia del Sagrario ocuparían las naves de la ampliación de Almanzor, que entonces tenían pavimento de tierra. Muchos testamentos indicaban el deseo de ser sepultado en una cripta común de la Cofradía del Santísimo Sacramento, a la que pertenecían. También se ha constatado que las 143 sepulturas dibujadas en la galería oeste del patio eran compartidas entre numerosos pobres, en gran parte procedentes del Hospital de San Sebastián. Por cada difunto el capellán entregaba una limosna de 2 reales.

La prohibición de enterramientos masivos en templos

Las frecuentes epidemias hicieron que el estado de salubridad provocado por los enterramientos en los templos fuese muy cuestionado. Además de la peste, Córdoba sufrió graves plagas, como las fiebres catarrales malignas y tabardillos, que hacia 1738 provocaron miles de muertes. Según el plano de 1741, la Mezquita-Catedral se había convertido en un verdadero cementerio, al igual que ocurriría en otras parroquias cordobesas, como Santa Marina, San Pedro, San Miguel o San Lorenzo.

Para mejorar la salud pública, una Real Cédula de Carlos III de 1787 prohibió los enterramientos masivos en los templos españoles. A partir de entonces se promovieron nuevos cementerios fuera de la ciudad, como el de Nuestra Señora de la Salud construido en Córdoba a partir de 1811.


Aún hoy se conservan unas 200 sepulturas en la Mezquita-Catedral, muchas menos que en el siglo XVIII. En su mayor parte fueron eliminadas, reagrupadas o trasladadas durante los cambios de pavimentación acometidos entre finales del XIX y mediados del XX. El arquitecto Ricardo Velázquez Bosco cambió el pavimento de ladrillo por mármol blanco; y otro arquitecto, Félix Hernández, rebajó la solería a su nivel primitivo.

Para facilitar una adecuada comprensión de la Mezquita-Catedral, nuestra investigación aporta finalmente un plano de su hipotético subsuelo, ocupado por sepulturas en el siglo XVIII. Se trata de ilustrar este singular espacio de enterramiento de la sociedad cordobesa durante siglos. 




















Planta hipotética del subsuelo de la Mezquita-Catedral, con las sepulturas y criptas del plano de 1741.JCO/AGGCC BY-NC

Con ello se pretende ofrecer una nueva visión del monumento, que debe sumarse a su complejidad patrimonial y a su importancia religiosa, cultural, histórica, arqueológica y arquitectónica.

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