miércoles, 2 de julio de 2025

La manzana del Edén fue un malentendido medieval que seguimos creyendo por culpa del arte

 Eva ya había mordido la fruta cuando miró a Adán y se la ofreció sin decir palabra. Él la aceptó y también comió. En ese instante, algo cambió. Se dieron cuenta de que estaban desnudos y buscaron hojas para cubrirse. Así empieza la condena que, según el relato bíblico, marcaría a toda la humanidad.

La confusión surgió de un malentendido con las lenguas europeas

Pero la imagen que se ha extendido durante siglos, con Eva sujetando una manzana antes de la caída, no aparece en el texto original del Génesis. Ni en la versión hebrea ni en la griega se menciona ese fruto en concreto. Lo que se describe, de forma deliberadamente genérica, es simplemente un “fruto” del “árbol del conocimiento del bien y del mal”.

La palabra utilizada en hebreo es peri, que se traduce como fruta en un sentido amplio y totalmente genérico. Así lo recogen las ediciones académicas del Tanaj, donde el vocablo designa cualquier fruta, sin especificar especie ni forma. Ese vacío ha generado siglos de debate entre intérpretes judíos y cristianos, que han propuesto alternativas como el higo, el dátil, el granado o incluso el trigo.

La manzana, en cambio, tarda mucho más en aparecer como candidata. Su asociación con el relato bíblico no se consolida hasta siglos después y no tiene raíces en el texto original, sino en cambios lingüísticos y contextos culturales ajenos al relato fundacional.

La confusión, según ha planteado parte de la investigación académica más reciente, no surge de una mala lectura teológica, sino de una evolución lingüística en Europa occidental. Así lo explica el profesor de Estudios Judíos y Filología Clásica de la Universidad Rutgers, Azzan Yadin-Israel, que en 2023 publicó un análisis sobre cómo esa identificación con la manzana se impuso en el imaginario colectivo.

Tras estudiar decenas de comentarios medievales en latín sobre el Génesis, Yadin-Israel señala que “ninguno juega con la coincidencia entre la palabra latina malum (mal) y malum (manzana)”. Es decir, la idea de que la asociación entre el pecado y la fruta surge por un juego de palabras entre maldad y manzana no se sostiene en los textos latinos originales.

El arte jugó un papel decisivo en la difusión de esta idea

En su investigación, Yadin-Israel también rastrea cuándo aparece por primera vez la manzana como fruto representado en el arte. Tras analizar distintas ilustraciones, concluye que la primera representación visual de la fruta en una escena del Edén aparece en Francia en el siglo XII. A partir de ahí, la idea se extiende a otros países europeos y se asienta como parte de la tradición iconográfica cristiana.

El cambio, según detalla en su blog publicado por Rutgers, tiene más que ver con el idioma que con la interpretación religiosa. En el latín vulgar se utilizaba la palabra pomum para hablar de cualquier fruta de árbol. Al pasar esa palabra al francés antiguo como pomme, el término fue adquiriendo progresivamente el significado específico de manzana.

Ese desplazamiento semántico provocó que quienes leían la versión francesa del Génesis entendieran que Adán y Eva comieron una pomme, es decir, una manzana. El profesor apunta que “una vez que ese cambio de significado se asentó, los lectores del texto en francés interpretaron literalmente que Adán y Eva comieron una manzana, porque eso es lo que entendían al leer la palabra pomme”.

En cambio, en España e Italia la identificación con la manzana tardó mucho más en aparecer, ya que el término manzana en castellano o melaen italiano siempre se refirió exclusivamente a esa fruta, sin arrastrar ambigüedades previas.

Yadin-Israel también destaca que en otras regiones, como en unapintura portuguesa del siglo XV, llegó incluso a aparecer un mangocomo fruto prohibido, probablemente por la influencia de los intercambios comerciales con la India.

Hasta entonces, y aún en textos del siglo XIV, los comentaristas religiosos seguían hablando de higos o uvas como candidatos al fruto prohibido. Según indica Yadin-Israel, la identificación con la manzana no fue generalizada hasta bastante después.

A pesar de que las fuentes religiosas más respetadas no respaldan esa versión, la manzana ha seguido ocupando un lugar central en el relato popular. No por razones botánicas ni por descripciones sagradas, sino por una cadena de malentendidos lingüísticos y reinterpretaciones artísticas.

El resultado es que, siglos después, millones de personas continúan creyendo que fue una manzana la que cambió el rumbo de la humanidad según el Génesis. Aunque todo indica que ese fruto jamás estuvo allí.

miércoles, 18 de junio de 2025

¿Dionisio y Hércules en una competición de bebida? El increíble sarcófago hallado en Israel

 

Fue hace 1.800 años, pero ha salido ahora a la luz: en Israel se ha descubierto un curioso sarcófago romano que contiene una escena tallada que ha sorprendido a los arqueólogos. En ella se observa al dios Dionisio derrotando a Hércules en una competición de bebida. La pieza, descubierta en una cantera de la ciudad de Beit She’an, es extraordinaria no solo por su iconografía, sino también por su estado de conservación y por ofrecer una ventana única al sincretismo cultural del Imperio romano en Oriente Próximo. 

La escena muestra en concreto a Dionisio (dios griego del vino) triunfante en una contienda etílica, frente al héroe Hércules, símbolo de fuerza y coraje. Generalmente, Dionisio se solía representar como un joven delicado, pero aquí aparece con aspecto dominante frente a un Hércules derrotado, lo que sugiere un curioso mensaje sobre el poder de la embriaguez o la naturaleza civilizadora del vino, informa Live Science.

La Autoridad de Antigüedades de Israel informó que la tumba fue encontrada de forma fortuita por una excavadora mientras se realizaban trabajos de construcción. El descubrimiento fue seguido por una excavación de emergencia dirigida por los arqueólogos Eitan Klein y Yardenna Alexandre, quienes destacaron la rareza de hallar un sarcófago tan elaborado fuera de contextos funerarios más prominentes como Jerusalén o Cesarea. 

Además de la escena principal, el sarcófago incluye otros elementos decorativos típicos del mundo grecorromano, como guirnaldas, máscaras teatrales y figuras mitológicas menores. Según los investigadores, estos detalles no solo reflejan la influencia cultural del mundo clásico en la región, sino que también podrían indicar el alto estatus social del difunto, posiblemente un funcionario romano asentado en la zona. 

Los detalles podrían indicar el alto estatus social del difunto, posiblemente un funcionario romano asentado en la zona

Aunque el hallazgo no se produjo en un cementerio conocido, los expertos sospechan que pudo formar parte de una necrópolis hoy desaparecida. Beit She’an fue una ciudad significativa durante la época romana y bizantina, situada en un cruce de caminos comerciales importantes, lo que justificaría la presencia de ciudadanos romanos adinerados con tumbas suntuosas y de este estilo. 

Uno de los aspectos que más ha fascinado a los especialistas es la elección del episodio mitológico que adorna el sarcófago. El duelo etílico entre Dionisio y Hércules no es una escena habitual en este tipo de enterramientos, lo que refuerza la excepcionalidad del descubrimiento y plantea nuevas preguntas sobre las creencias personales o los gustos del fallecido. 

La Autoridad de Antigüedades ha trasladado el sarcófago a sus instalaciones para su conservación y estudio, aunque no se descarta su futura exhibición en un museo. Por el momento, los investigadores continúan analizando el contexto del hallazgo para determinar con mayor precisión su datación y la identidad del difunto.


Foto: El sarcófago encontrado. (Autoridad de Antigüedades de Israel/Emil Aladjem)

El sarcófago encontrado. (Autoridad de Antigüedades de Israel/Emil Aladjem)

miércoles, 11 de junio de 2025

El pasado y el presente del Tai Chi: entre ciencia, filosofía y… Lou Reed

El último sábado de abril de cada año es fácil ver, en parques y plazas de todo el mundo, a gente moviéndose muy despacio en lo que parece una especie de danza en cámara lenta. Practican Tai Chi, con motivo del Día Mundial dedicado a este arte marcial "meditativo". Es una práctica enfocada en reducir la velocidad y conectar mente y cuerpo. Procedente de China, desde hace décadas también se practica en Occidente, y entre sus seguidores más famosos en esta parte del mundo figura uno de los rockerosmás grandes de la historia: Lou Reed. El artista llevó esta disciplina al escenario en sus conciertos, y grabó música y escribió un libro sobre el tema. Si aún no sabes exactamente de qué estamos hablando, ahora es un buen momento para descubrirlo.

¿Qué es el Tai Chi, la meditación en movimiento?

Tai Chi Chuan (el nombre completo) significa “boxeo de la suprema polaridad”, el arte de combate basado en el tao, en la unión de los extremos del Yin y el Yang. Nació como un arte marcial, sí, pero uno "interno", distinto a los externos. No está orientado tanto a la confrontación como a la transformación: del movimiento, del cuerpo, de la percepción. Forma parte del grupo wushu, término bajo el que se engloban varios estilos de artes marciales orientales, desde el Kung Fu tradicional hasta el Qi Gong (con el que el Tai Chi está estrechamente asociado).

Si te suena algo esotérico, es porque en cierta medida lo es: los orígenes del Tai Chi se pierden en siglos y leyendas, y las familias chinas que lo transmitieron a menudo solo lo compartían entre ellas. Sin embargo, desde el siglo pasado el mundo del Tai Chi se ha abierto cada vez más a Occidente. Hoy en día es una disciplina muy accesible y beneficiosa para cualquiera: los movimientos lentos, continuos y meditativos derivados de las técnicas de combate sirven para relajar la mente y el cuerpo. El Tai Chi entrena el equilibrio y la conciencia, por lo que a menudo es llamado "meditación en movimiento".


El aburrimiento no es simplemente un estado de "vacío mental".
Es una experiencia universal, generalmente considerada negativa. Pero es un sentimiento que de alguna manera "sirve" al cerebro para ser más eficiente.

Originado en la filosofía, avalado por la ciencia

Para entender realmente el Tai Chi hay que dar un paso atrás. Su base es el pensamiento taoísta y la visión del mundo expresada en los símbolos del I Ching, el antiguo libro de las mutaciones, Según este, todo es transformación y todo es relación, como ilustra el famoso símbolo del Tao en el que los opuestos se funden continuamente entre sí. En la práctica, cada movimiento del Tai Chi expresa la alternancia dinámica entre el Yin (vacío, relajación) y el Yang (plenitud, tensión), sin establecerse nunca en uno solo de los dos.

Esta danza de los opuestos no es solo filosofía: se traduce en ciencia biomecánica, en fluidez, en escucha, con una dimensión de bienestar para el cuerpo que ha sido científicamente estudiada y probada por organismos autorizados como la Harvard Medical School. Se utiliza como herramienta para mejorar el equilibrio de las personas mayores, o para enseñar a los jóvenes una mayor coordinación corporal. También para reducir el estrés, con una eficacia comparable a la del mindfulness pero con el beneficio agregado de entrenar la flexibilidad muscular.

El Tai Chi puede practicarse en cualquier momento y a cualquier edad, dado que no se trata de una disciplina muscular y atlética como las artes marciales externas, sino de una accesible y adaptable. En un mundo cada vez más acelerado, el Tai Chi nos enseña a reducir la velocidad y a ser más conscientes de lo que nos rodea.

La práctica del Tai Chi y sus estilos

Actualmente, el Tai Chi se practica en todas partes, incluyendo gimnasios y parques. Existen diferentes estilos, pero los más extendidos son el Chen, el más antiguo, dinámico y cercano a la raíz marcial, y el Yang, más fluido, meditativo y quizás el más extendido en Occidente.

Todos implican secuencias llamadas formas: series codificadas de movimientos realizados con las manos desnudas o con armas tradicionales como la espada, el abanico o el bastón. Cada movimiento se ejecuta lentamente y con precisión para desarrollar el equilibrio, la elasticidad, la fuerza "suave" y el "enraizamiento", trabajando el dantian, el centro de gravedad energético del cuerpo según la medicina china. Luego está el tui shou, el “empuje con las manos” que se realiza entre dos, buscando el contacto y la fluidez en los movimientos.

Tai Chi y música: de Lou Reed a Metallica

"El Tai Chi me salvó la vida", afirmó Lou Reed, quien empezó a practicarlo en los años 80 después de toda una vida "caminando por el lado salvaje". Reed contaba que durante más de 20 años practicó Tal Chi al menos dos horas al día, y que cuando salía de gira pedía explícitamente un espacio donde poder ejercitarse. A menudo invitaba a su maestro chino, Ren, al escenario, para que "bailara" movimientos de Tai Chi mientras cantaba sus clásicos.

Lou Reed y el maestro Ren en Perfect Day.

Reed falleció en 2013 y su esposa Laurie Anderson dijo que practicó Tai Chi hasta los últimos momentos de su vida. En 2007 grabó Hudson River Wind Meditations, un álbum de música instrumental para acompañar la práctica del Tai Chi (reeditado el año pasado). Además, póstumamente salió a la venta un libro, The Art of the Straight Line, que recoge los escritos y reflexiones del artista y sus colegas sobre este arte marcial. En el libro hay una foto maravillosa tomada por el fotógrafo Anton Corbijn, autor de portadas de U2, Depeche Mode y Nick Cave, que muestra a Reed enseñando Tai Chi a Metallica durante las sesiones de Lulu, el último disco que grabó antes de morir.

En la era hiperconectada y acelerada en la que vivimos, el Tai Chi es una alternativa que vale la pena explorar: una disciplina para el bienestar y una filosofía que no cae en las paraciencias de los tiempos modernos. Nos enseña una forma diferente de pensar sobre el tiempo, el espacio y las relaciones con los demás. Incluso útil para caminar por el lado salvaje, como Lou Reed, pero sin perder el equilibrio.

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Andrea Baranenko.