Acaba de publicarse una nueva edición del texto del Teólogo Jose Antonio Pagola: Jesús, una aproximació histórica (Claret).
Texto revisado de su obra donde en su introducción (de 20 páginas respecto a las 4 de la primera edición) intenta solucionar malentendidos e interpretaciones polémicas, que llevaron a la Conferencia Episcopal a realizar una nota aclaratoria a pesar de tener el Nihil Obstat i el Imprimatur de su obispo de San Sebastián.
En palabras suyas que quizás aclaren el espíritu de la obra: es un libro par ser leído en la comunidad creyente, en la diáspora, en la sociedad laica.
Ahora sólo falta que se le haga una mirada al libro y opinar que tal ha parecido.
Nacho Padró
Blog para la muestra y reflexión sobre el Misterio mediante mayéutica socrática.
domingo, 28 de septiembre de 2008
Sorprende y No Sorprende
Leo en la Vanguardia que en Barcelona, como parte de las Fiestas de la Mercé, se celebran las Noches del Ramadán. Aprovechando que los musulmanes rompen el ayuno de la celebración por la noche, se realizan todo tipo de muestras gastronómicas y culturales para acercar al gran público las costumbres y hábitos religiosos, todo rodeado de un ambiente cultura y ludico-festivo.
Por contra también aparece en la Vanguardia que en Lleida los vecinos de una mezquita molestan e insultan a los musulmanes que practican las oraciones propias en la calle al no poder entrar en la mezquita por estar abarrotada, justamente al coincidir con la fiesta del Ramadán, importantísima fiesta del calendario musulman.
¿No nos podriamos poner todos un poco de acuerdo?.
Nacho Padró
Por contra también aparece en la Vanguardia que en Lleida los vecinos de una mezquita molestan e insultan a los musulmanes que practican las oraciones propias en la calle al no poder entrar en la mezquita por estar abarrotada, justamente al coincidir con la fiesta del Ramadán, importantísima fiesta del calendario musulman.
¿No nos podriamos poner todos un poco de acuerdo?.
Nacho Padró
lunes, 22 de septiembre de 2008
Donde Encontrar la Felicidad
Un viejo cuento para ayudarnos a entener donde podemos encontrar la felicidad ¿ESTAIS DE ACUERDO?
En cierta ocasión se reunieron todos los dioses y decidieron crear al hombre y la mujer; planearon hacerlo a su imagen y semejanza, entonces uno de ellos dijo: esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra; debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no ser así, estaremos creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, pero, que les quitamos? Después de mucho pensar uno de ellos dijo: ya lo se!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser donde esconderla para que no la encuentren jamás.Propuso el primero: Vamos a esconderla en la cima del monte mas alto del mundo; a lo que inmediatamente repuso otro: no, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está. Luego propuso otro: entonces vamos a esconderla en el fondo del mar, y otro contesto: no, recuerda que les dimos habilidad, alguna vez alguien va construir una esquina por la que pueda entrar y bajary entonces la encontrará. Uno mas dijo: Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra. Y le dijeron: No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien va construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a nosotros. El último de ellos, era un dios que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses, analizó en silencio cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo:Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren.La esconderemos dentro de ellos mismos; estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán. Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así, el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo.......
En cierta ocasión se reunieron todos los dioses y decidieron crear al hombre y la mujer; planearon hacerlo a su imagen y semejanza, entonces uno de ellos dijo: esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra; debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no ser así, estaremos creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, pero, que les quitamos? Después de mucho pensar uno de ellos dijo: ya lo se!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser donde esconderla para que no la encuentren jamás.Propuso el primero: Vamos a esconderla en la cima del monte mas alto del mundo; a lo que inmediatamente repuso otro: no, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está. Luego propuso otro: entonces vamos a esconderla en el fondo del mar, y otro contesto: no, recuerda que les dimos habilidad, alguna vez alguien va construir una esquina por la que pueda entrar y bajary entonces la encontrará. Uno mas dijo: Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra. Y le dijeron: No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien va construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a nosotros. El último de ellos, era un dios que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses, analizó en silencio cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo:Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren.La esconderemos dentro de ellos mismos; estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán. Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así, el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo.......
LA FELICIDAD I: Un brindis por ellos dos.
He aquí el primer texto de Pérez Reverte sobre la pareja. Espero que os guste... sólo falta opinar que tras leerlo... ¿QUE ES LA FELICIDAD?. (Este archivo pertenece a la primera clase de Religión de 4º ESO).
“Este domingo 3l, esté donde esté, sea cual sea el reloj que marque las doce, brindaré -si tengo con qué- por ellos dos. No voy a escribir aquí sus nombres porque no me fío de ustedes -me fío de algunos, de muchos, pero no de todos ustedes-, y no quiero que mencionarlos en esta página signifique señalarlos con el dedo para toda la vida que les quede por vivir, que igual es mucha. Que deseo con toda mi alma que sea mucha.
Voy a brindar por ella -la llamaré María- porque hace cinco años, apenas cumplidos los veinte, trastornada por los golpes de su marido, loca, desconfiada, triste, encontró la sonrisa perdida, la abnegación y el respeto. Por esas bromas que tiene la vida, todo lo halló en un hombre ensimismado en su soledad, con treinta años como treinta navajazos, con el regusto de la droga todavía en las venas y paseándose del brazo del diablo por el filo del abismo.
Tenían frío -ahí afuera hace un frío del carajo- y se acercaron el uno al otro para darse calor. Al poco estaban viviendo juntos, y cada uno aportó su singular dote: ella, una cría pequeña y la ternura que no habían podido romperle las humillaciones y las palizas. Él, su mirada vacía, una soledad infinita y un perro de dos años. Háganse cargo del capital social: una desequilibrada con una hija y un yonqui con un chucho. Como para no jugarse un duro por ellos.
Y sin embargo, funcionó. El aprendizaje fue lento y duro, pero perfecto. María y su hombre habían sacado el número correcto en esa tómbola que tiene tan mala leche pero que a veces, cuando se le entra con ganas, es capaz de deslumbrar con el más hermoso premio del mundo. Sufrieron, soportaron problemas de dinero, de trabajo, de salud, de vivienda. Tropezaron con muchos miserables en el camino, pero también con gente honrada que les echó una mano cuando la necesitaban, que les dio comida cuando tuvieron hambre, que les devolvió poco a poco la fe en si mismos y en los demás. Tuvieron algo de trabajo, compenetración, amor. Complicidad. Y un día se miraron y él dijo: -soy feliz-, y ella respondió: «soy feliz». Y no era una de esas frases que repites para creerte un sueño o para convencerte de algo, sino que era de verdad. Esa especie de rayito de sol, de calor que te alegra el alma aunque sea un poco, y aleja el frío, y te hace pensar que después de todo, bueno, aquí vamos a estar sólo un rato; pero Igual si nos abrazamos fuerte resulta que hasta vale la pena.
Pero la vida se lo cobra todo. Y un día, hace pocas semanas, él tuvo un accidente, y fue al médico, y le contó sus antecedentes, y el médico le preguntó si quería hacerse los análisis del sida. Y él se acordó de casi todos sus amigos, muertos de eso, enganchados o en el talego. Y se acordó de María y de la chiquilla y del chucho, y dijo que sí, que vale, que venga el análisis de los cojones. Y no fue un análisis sino tres, con resultados confusos o contradictorios. Y vino el miedo. Y la incertidumbre. Y hace unos días él llegó tarde del trabajo, cansado, distinto, y le contó a María que había ido a la iglesia, a la parte vieja de esa ciudad del sur, cerca del lugar donde nació. Y le dijo que había ido a pedir por ellos dos, y por la niña. En realidad -añadió- a pedir por la niña y por ella, porque después de todo él se lo había buscado y ella no.
María es calor, y tibieza, y consuelo. Y él es aire fresco, con unos ojos claros que se parecen al mar, o al cielo, o a ambas cosas a la vez. Y durante estas últimas semanas han vivido con la esperanza puesta en el último pétalo de la margarita deshojada día tras día, sin abandonarse al miedo, o a la desesperación, en atroz espera. Y de ese modo, si alguna vez dudaron de su capacidad de amarse, ya no les queda duda alguna. Y cuando escribo estas líneas el perro está inmóvil enroscado a sus pies, y la chiquilla duerme con ese olor a fiebre y sudor suave de niño que tienen los críos cuando descansan. Y ellos siguen mirándose el uno al otro callados, esperando el papel del laboratorio que les traiga la liberación, o la sentencia.
Pensaré en ellos esta noche, cuando irresponsables y asesinos cargados de alcohol se rompan el alma en las carreteras, malgastando una vida que otros han aprendido, con tanto amor y sufrimiento, a valorar en lo que cuesta. Por esos fiambres anunciados del matasuegras y el dieciséis válvulas no enarcaré ni una ceja. Pero brindaré de corazón por María y por su hombre, por la cría y por el chucho. Por esa vida que ellos sí merecen vivir. Sea cual sea el resultado del análisis. Lo sepan ya o no lo sepan. En realidad, ¿quién de nosotros lo sabe?”
Arturo Perez-Reverte.
“Este domingo 3l, esté donde esté, sea cual sea el reloj que marque las doce, brindaré -si tengo con qué- por ellos dos. No voy a escribir aquí sus nombres porque no me fío de ustedes -me fío de algunos, de muchos, pero no de todos ustedes-, y no quiero que mencionarlos en esta página signifique señalarlos con el dedo para toda la vida que les quede por vivir, que igual es mucha. Que deseo con toda mi alma que sea mucha.
Voy a brindar por ella -la llamaré María- porque hace cinco años, apenas cumplidos los veinte, trastornada por los golpes de su marido, loca, desconfiada, triste, encontró la sonrisa perdida, la abnegación y el respeto. Por esas bromas que tiene la vida, todo lo halló en un hombre ensimismado en su soledad, con treinta años como treinta navajazos, con el regusto de la droga todavía en las venas y paseándose del brazo del diablo por el filo del abismo.
Tenían frío -ahí afuera hace un frío del carajo- y se acercaron el uno al otro para darse calor. Al poco estaban viviendo juntos, y cada uno aportó su singular dote: ella, una cría pequeña y la ternura que no habían podido romperle las humillaciones y las palizas. Él, su mirada vacía, una soledad infinita y un perro de dos años. Háganse cargo del capital social: una desequilibrada con una hija y un yonqui con un chucho. Como para no jugarse un duro por ellos.
Y sin embargo, funcionó. El aprendizaje fue lento y duro, pero perfecto. María y su hombre habían sacado el número correcto en esa tómbola que tiene tan mala leche pero que a veces, cuando se le entra con ganas, es capaz de deslumbrar con el más hermoso premio del mundo. Sufrieron, soportaron problemas de dinero, de trabajo, de salud, de vivienda. Tropezaron con muchos miserables en el camino, pero también con gente honrada que les echó una mano cuando la necesitaban, que les dio comida cuando tuvieron hambre, que les devolvió poco a poco la fe en si mismos y en los demás. Tuvieron algo de trabajo, compenetración, amor. Complicidad. Y un día se miraron y él dijo: -soy feliz-, y ella respondió: «soy feliz». Y no era una de esas frases que repites para creerte un sueño o para convencerte de algo, sino que era de verdad. Esa especie de rayito de sol, de calor que te alegra el alma aunque sea un poco, y aleja el frío, y te hace pensar que después de todo, bueno, aquí vamos a estar sólo un rato; pero Igual si nos abrazamos fuerte resulta que hasta vale la pena.
Pero la vida se lo cobra todo. Y un día, hace pocas semanas, él tuvo un accidente, y fue al médico, y le contó sus antecedentes, y el médico le preguntó si quería hacerse los análisis del sida. Y él se acordó de casi todos sus amigos, muertos de eso, enganchados o en el talego. Y se acordó de María y de la chiquilla y del chucho, y dijo que sí, que vale, que venga el análisis de los cojones. Y no fue un análisis sino tres, con resultados confusos o contradictorios. Y vino el miedo. Y la incertidumbre. Y hace unos días él llegó tarde del trabajo, cansado, distinto, y le contó a María que había ido a la iglesia, a la parte vieja de esa ciudad del sur, cerca del lugar donde nació. Y le dijo que había ido a pedir por ellos dos, y por la niña. En realidad -añadió- a pedir por la niña y por ella, porque después de todo él se lo había buscado y ella no.
María es calor, y tibieza, y consuelo. Y él es aire fresco, con unos ojos claros que se parecen al mar, o al cielo, o a ambas cosas a la vez. Y durante estas últimas semanas han vivido con la esperanza puesta en el último pétalo de la margarita deshojada día tras día, sin abandonarse al miedo, o a la desesperación, en atroz espera. Y de ese modo, si alguna vez dudaron de su capacidad de amarse, ya no les queda duda alguna. Y cuando escribo estas líneas el perro está inmóvil enroscado a sus pies, y la chiquilla duerme con ese olor a fiebre y sudor suave de niño que tienen los críos cuando descansan. Y ellos siguen mirándose el uno al otro callados, esperando el papel del laboratorio que les traiga la liberación, o la sentencia.
Pensaré en ellos esta noche, cuando irresponsables y asesinos cargados de alcohol se rompan el alma en las carreteras, malgastando una vida que otros han aprendido, con tanto amor y sufrimiento, a valorar en lo que cuesta. Por esos fiambres anunciados del matasuegras y el dieciséis válvulas no enarcaré ni una ceja. Pero brindaré de corazón por María y por su hombre, por la cría y por el chucho. Por esa vida que ellos sí merecen vivir. Sea cual sea el resultado del análisis. Lo sepan ya o no lo sepan. En realidad, ¿quién de nosotros lo sabe?”
Arturo Perez-Reverte.
sábado, 13 de septiembre de 2008
Benedicto XVI llega a la explanada de los Inválidos en París para una misa multitudinaria
Parece mentira que en París, capital de la Laica Francia, en la que desde la Revolución Francesa se han empeñado en insistir en la profunda separación Iglesia-Estado, tengamos ahora una misa multitudiaria, que siendo como será en Notre Dame, puede ser espectacular!!!.
Incluso aparece en "La Vanguardia" un titular en la que se afirma que Benedicto XVI estaría a favor de la visión laica del presidente Sarkosy... un laicismo abierto a la religión; un "laicismo Sano" lo llama el sumo pontífice. La cosa tiene bastante lógica.
Mientras nosotros nos peleamos con la Iglesia por una cosa u otra, parece que es incluso necesario cada cierto tiempo el dispararle... y por otro lado celebramos misas de estado en un Estado Laico. A pesar de los choques entre la Iglesia y el Estado por el tema de la educación, las nuevas leyes, la financiación y un largo etcétera.
¿cuando nos pondremos de acuerdo?
Nacho Padró
Incluso aparece en "La Vanguardia" un titular en la que se afirma que Benedicto XVI estaría a favor de la visión laica del presidente Sarkosy... un laicismo abierto a la religión; un "laicismo Sano" lo llama el sumo pontífice. La cosa tiene bastante lógica.
Mientras nosotros nos peleamos con la Iglesia por una cosa u otra, parece que es incluso necesario cada cierto tiempo el dispararle... y por otro lado celebramos misas de estado en un Estado Laico. A pesar de los choques entre la Iglesia y el Estado por el tema de la educación, las nuevas leyes, la financiación y un largo etcétera.
¿cuando nos pondremos de acuerdo?
Nacho Padró
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