Que facilmente la gente que tiene cargos se olvida de que antes fue pueblo raso y se quejaba de las cargas que debía soportar y que una vez obtenido ese poder, grande o pequeño, nuestra frágil memoria hace que sea más fácil no empatizar y seguir cargando con impuestos o normas o maneras de pensar. Es impresionante ver como el que tiene la potestad de imponer de alguna manera o de mostrar su poder, fácilmente y que se aplica sin pensar en el sufrimiento de la gente. ¿porque? es un misterio, pero pasmosa es la tendencia universal de hacer de la ética en la oposición lo criticado al alcanzar el cargo deseado.
En todos los estamentos lo hacemos y nos muestra con que facilidad caemos en nuestra propia humanidad, demasiado humana, de debilidad y conformismo y sobretodo de necesidad de sentirse importante, poderosos y apreciado. Dicen que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente.... ¡pues eso!.
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