auténtica joya de la región del Lacio. Por la ciudad pasa la famosa Vía Apia (regina viarum), la calzada más importante de Roma, construida hacia el siglo IV a.C. para conectar la capital con Brindisi, un importante puerto en Italia.
Esto demuestra que se trataba de un enclave valioso en una época en la que se iniciaba la expansión de la república romana por este territorio. Tanto fue así que unos siglos más tarde, durante las guerras púnicas que enfrentaron a Roma y Cartago, los romanos incluso pidieron a los cartagineses que dejaran la ciudad intacta, al margen del conflicto.
Después de la derrota de Cartago, habiendo Roma alcanzado la hegemonía en el Mediterráneo, se construyó en la cima del Monte Sant'Angelo de Terracina un gran santuario romano conocido como el Templo de Júpiter Anxur, que según diversas fuentes históricas y literarias alcanzaría una gran relevancia en el panorama religioso de la zona.
Cualquiera que observe la impresionante ubicación del santuario, situado en una terraza artificial que preside la colina con vistas a la urbe, entenderá que era el sitio ideal para construir un lugar de culto dedicado al protector de la ciudad: Júpiter juvenil o Anxurus.
Sus ruinas han sido estudiadas durante mucho tiempo, pero todavía hoy siguen revelando algunas sorpresas: según los últimos estudios, el sitio habría tenido etapas de construcción anteriores a la del Templo de Júpiter Anxur, orientadas a venerar otras divinidades.
ANTES DE JÚPITER ESTUVIERON FERONIA Y VENUS
Se considera que los restos que observamos del Templo de Júpiter Anxur formaron parte de una estructura que se construyó entre los años 100 y 70 a.C. aproximadamente, pero existe cierta incertidumbre acerca de las fases de construcción anteriores a estas fecha.
Durante un proyecto conjunto reciente de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich y el Ministerio de Cultura de Italia, dirigido por las profesoras Francesca Diosono y Miriam Knechtel, surgieron nuevas evidencias que datan las primeras construcciones en el sitio entre los siglo IV y II a.C.
Las novedades se revelaron durante unas visitas guiadas por el yacimiento el pasado sábado 12 de octubre de 2024 que contaron con un altísimo nivel de asistencia por parte de ciudadanos y turistas interesados en conocer la historia de esta magnífica ciudad, cuya historia se remonta al siglo VI a.C. aunque sus tierras contienen indicios de actividad humana desde la Edad del Hierro.
Estas construcciones tempranas correspondían a templos dedicados a las diosas Feronia y Venus Obsequens, que se alzaron allí mucho antes del reconocido santuario de Júpiter, y las expertas indican que en un inicio la ciudad podría haber surgido a su alrededor más inmediato, tal y como sugieren evidencias de la producción de cerámicas, textiles o queso.
Sería más tarde, con la llegada de los Volscos a esta región, cuando la ciudad se habría trasladado al valle, posiblemente para ganar mejor acceso por mar, y es que desde allí se exportaron vinos a otras partes de Europa. Aun así, el centro religioso se mantuvo en su ubicación original.
Para los romanos, Feronia fue la divinidad asociada al mundo silvestre y Venus era la diosa del amor y la belleza, y ambas fueron deidades muy veneradas en esta antigua civilización. A Venus, sin embargo, se le atribuyen distintos aspectos o epítetos, siendo uno de ellos Venus Obsequens (o indulgente), a quien se dedicó el santuario en Terracina.
Los restos de las estructuras que constituían sus templos y monumentos incluyen además una plaza en forma de semicírculo, capiteles, columnas y muros, ubicados de forma organizada.
A través de futuros proyectos de excavación se podrán documentar más los nuevos hallazgos y, probablemente, sacar a la luz todavía más joyas escondidas.
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