lunes, 30 de octubre de 2023

EL PUEBLO MEXICANO QUE EXHUMA A LOS DIFUNTOS PARA EL DÍA DE MUERTOS

 Vivos tonos verdes, rosas, azules y violetas pueblan las paredes de pequeños nichos en el cementerio de Pomuch, en el estado mexicano de Campeche. Decorados con dibujos de flores, palomas, cruces y nombres a mano, algunos con pequeñas puertas de hierro y otros simplemente con algunos ramos, estos receptáculos no son a los que se están acostumbrados a ver en los cementerios.La razón: en su interior, dentro de cajas, se encuentran los huesos de los difuntos, que cada año, poco antes del Día de Difuntos, son extraídos para ser limpiados a mano por sus familiares. En Pomuch pervive una tradición que se remonta a siglos atrás. Los habitantes de esta localidad de menos de diez mil habitantes en el sureste de Méxicoexhuman a sus seres queridos tres años después de enterrarlos para lavar pulcramente uno a uno sus huesos y colocarlos en pequeñas cajas.

Pomuch
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El lavado se hace de arriba abajo, es decir, se comienza por el cráneo y se acaba en los pies, y los huesos se colocan en orden en la caja para poder realizarlo del mismo modo al año siguiente.

Las cajas se adornan con paños bordados con sus nombres y dibujos y se renuevan cada año para simbolizar un cambio de ropa. A partir de la primera limpieza, se repite el ritual cada año. Rodeados de velas y flores frescas, los colores de sus paredes son los mismos que los de sus casas en vida.

Pomuch
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El tiempo de rigor para exhumar un cadáver son tres años, tiempo que se cree suficiente para que del cuerpo del difunto solo queden los huesos, que se limpian con un pincel mientras se le cuentan pormenores de la vida al finado

El ritual se realiza durante la semana anterior al 1 de noviembre, y el resto del año las cajas se dejan entreabiertas para mostrar al muerto, permitir que penetren los rayos de sol y que “salga” cuando quiera. No hay persona que no participe en la tradición, pues se cree que los espíritus de aquellos que no son venerados atormentarán a los vivos como venganza.

pibipollo, hanal pixan
ISTOCK

Esta forma de rendir tributo a los que ya no están tiene sus orígenes en la cultura prehispánica. Además de este ritual, se elabora el Hanal Pixán, que se remonta a los mayas, y que consiste en una ‘comida de las ánimas’, una especie de ofrenda culinaria en la que toma protagonismo, sobre todo, el pibipollo. Estos se elaboran en un pib tradicional, una especie de horno en el suelo en el que se cocina con el calor de unas piedras al fuego y que se cubre con arena y ramas para la cocción.El pibipollo es una masa de harina que se rellena con carne de pollo, cerdo o pavo y verduras varias, además de una salsa roja llamada k’ool. La razón de que esta comida sea tradicional en este día es porque el pan y su interior representan al difunto, a la vez que las hojas de plátano en las que se envuelve hacen el papel de mortaja. Tras el cocinado, estos manjares se colocan en los altares y, una vez recibido el beneplácito de los difuntos, se procede a su degustación.

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