Una antigua calle de Jerusalén acaba de proporcionar una enorme sorpresa a los arqueólogos: más de cien monedas ocultas bajo los adoquines, datadas aproximadamente entre en el año 31 d.C., de la época de Poncio Pilatos. Este hallazgo, que acaba de ser publicado en la revista de la Universidad de Tel Aviv, Journal of the Institute of Archaeology, proporciona una clara evidencia de que esta calle, que sube desde el estanque de Siloé hasta el monte del Templo, fue mandada construir por quien fue gobernador de Judea entre los años 26 y 36 d.C.
Una vía monumental, obra de Pilatos
Para llegar a esta conclusión los arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) han sacado a la luz una sección de 220 metros de largo en esta antigua calle, que fue descubierta por primera vez por investigadores británicos en 1894, y en la que se están llevando a cabo excavaciones desde hace seis años. El hecho de haber localizado estas monedas bajo el pavimento ha sido muy bienvenido por los arqueólogos, ya que, como comenta Donald T. Ariel, experto en numismática antigua y uno de los autores del estudio, si alguna moneda con una fecha posterior al año 30 d.C. se encuentra bajo la calle, eso quiere decir que "la calle tuvo que construirse en el mismo año o después de que esa moneda fuera acuñada. Sin embargo, explica el mismo investigador, "nuestro estudio va más allá, porque estadísticamente, las monedas acuñadas unos diez años después son las monedas más comunes en Jerusalén, por lo que no tenerlas debajo de la calle significa que la calle fue construida antes de su aparición, en otras palabras, solo pudo construirse en tiempos de Pilatos".ç
Esta calle mide en total unos 600 metros de largo y unos 8 de ancho, estaba pavimentada con grandes losas de piedra y se calcula que en su construcción se emplearon unas 10.000 toneladas de roca caliza. Su monumentalidad, junto al hecho de que unía dos lugares importantes de la ciudad, hace pensar a expertos como Joe Uziel y Moran Hagbi (también autores del estudio) que se trataba de una ruta de peregrinación. Los arqueólogos opinan que "su gran anchura unida a la piedra finamente tallada y sus adornos ornamentados, como un podio escalonado a lo largo de la calle, indica que se trataba de una calle especial"
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